miércoles, 18 de junio de 2014

Crónica del ciclonudismo. Entre la ruptura de tabúes y la venezolanidad medieval



Old SideshowBob

Activistas y movimientos sociales se han dedicado a motivar a las multitudes sobre un nuevo modelo de transporte, lo que implica de por si un nuevo modelo de sociedad, y una forma de protestar por ello ha sido el movimiento ciclonudista mundial que viene realizándose desde un tiempo atrás. En Venezuela, el 14 de junio de 2014 se llevo acabo dicha rodada, y por supuesto, la manifestación y libertad de expresión quedo supeditada a los permisos que dieran los burócratas gobernantes y sus aparatos represivos correspondientes.

La rodada ciclista fue “permisada”, y Jorge Rodríguez, quien lo hemos visto decir que el municipio libertador es un municipio de paz (paz a punta de represión, recuérdese el asesinato de José Alejandro por la GNB), anunció que hasta llegaría a “pasarse por ahí”, como buen caudillo haciéndose propaganda para dar una imagen de “opend-mind” y cualquier cosa que le hayan dicho sus asesores de imagen y discurso.

Llegó el día sábado y montones de ciclistas empezaron a concentrarse en el Parque los Caobos, donde unos se pintaban sus cuerpos y otros andaban semidesnudos o desnudos de cabo a rabo, pues la idea era ser visualizados, y la consigna “¡ahora si nos ven!”.
 

Pero lamentablemente años de militarismo, conservadurismo religioso e intolerancia empezaron a dañar una jornada que no solo era por una nueva forma de transporte, sino que nos mostraba tal como somos, desnudos, para que apreciemos nuestro cuerpo, el cual no es un objeto sexual, es el vestuario de nuestro “espíritu”, es decir, nuestra persona, nuestro ser, cuerpos con distintos colores formas y tamaños, que nos diferencian como individuos, pero nos acercan como humanos, cuerpos que en esta sociedad machista y mercantil se han vuelto solo objetos que han de hacer lo que quiera el capital, el estado, y sus órganos represivos. Al principio la Policía Nacional Bolivariana (la cual destaca por su conservadurismo reaccionario y su violencia a quien disienta o se exprese libremente contra el status quo) se dedicó a desalojar por altavoces a los manifestantes del parque Los Caobos, pues la mente conservadora que piensa como masa de cualquier organismo de “orden público” (es decir, represión), parece no puede tolerar ver un cuerpo desnudo, a no ser que sea en una cárcel, con peinillazos, golpeado y humillado.

Pese a este primer altercado la rodada se llevo a cabo, hacia el Oeste de Caracas, pasando por una de sus principales avenidas (la avenida Bolívar), con una ciclo vía inaugurada por Jorge Rodríguez que, a mi parecer, es tan deficiente como la creada al lado de la Universidad Bolivariana, no sabría describir la falla técnica, pero los invito a montarse en bicicleta y sentir la incomodidad de la misma. La manifestación andaba entre consignas, gritos efusivos, pitos y buena vibra, la gente curioseaba y tomaba fotos (en este país a la gente le gusta el chisme), algunos indignados, otros sorprendidos y quien sabe que emociones quedarían en quienes veían montones de personas desnudas y semidesnudas circulando por la ciudad. Se hizo una parada en la plaza Diego Ibarra donde la gente sorprendida no paraba de mirar, y donde uno que otro “conservador” nos insultaba e incluso intento golpear a algún ciclista, alegando que “no tenemos familia”. Los ciclistas no le prestaron mucha atención ni respondieron con violencia (cosa que si hizo el señor) y siguieron su ruta, pues la consigna es “mas amor, menos motor”. Al llegar a la Concordia, empezaron a pasar policías con sus motos, en una actitud agresiva hacia los ciclistas, hasta el punto que trancaron la manifestación y solicitaron el “permiso”. Se dialogo con los policías  y después de trancarnos un rato nos dejaron pasar, pero para mí fue sospechosa esa espera, porque al final, algún objeto fue lanzado a los ciclistas, no sabemos quien llegó, si fue por motu proprio, o fue mandado a llamar, pues la policía suele contactar a sus colectivos y paramilitares para amedrentar y reprimir cualquier tipo de manifestación, pues el gobierno en estos tiempos de crisis “no quiere bochinche” que no sea una procesión por el “comandante supremo” que nos dejo este legado militar, personalista, religioso y autoritario.


La cosa allí no pasó a mayores y la manifestación pacífica continuó, pero los policías iban “acompañándonos” hasta que en la avenida San Martín se dio una nueva tranca con piquetes antimotines y la Guardia del Pueblo.

Durante esta nueva tranca la gente pedía el paso, y en eso empezaron a llegar personas con actitudes agresivas, lanzando botellas y objetos, poniendo en peligro la integridad de los ciclistas, mientras la policía se quedaba quieta y no hacía nada para dispersar a los agresores, y la actitud hostil era contra los manifestantes (por eso tengo la sospecha de que dichos agresores trabajan directa o indirectamente con la policía). Esas personas nos insultaban, nos ofrecían golpes y nos mandaban a desalojar, algunos con una actitud que parecía producto de ingerir alguna droga muy fuerte, para decirnos “si no teníamos vergüenza ante los niños presentes”. Los ánimos se caldearon, pero afortunadamente el conflicto no llego a mayores. Después de un rato los cuerpos represivos (policías y agresores) hicieron que los ciclonudistas se vistieran nuevamente, cortando la libertad de expresión y manifestando la triste realidad de parte de nuestra cultura venezolana, el conservadurismo, el extremismo religioso y el militarismo, estancado al parecer en el siglo XIX, con rasgos de inquisición medieval. Diversos motorizados nos culpabilizaban de la tranca en actitudes agresivas cuando les señalábamos que era la policía quien trancaba, pero en este país la moto se ha vuelto una especie de símbolo de autoritarismo, egoísmo y poder sobre los demás; hay quienes dicen en “tono de broma” (pero muy en serio) que peor que chocar con un abogado es chocar con un motorizado, pues son “malandros y apoyados”.


Tuvimos entonces que regresar a Los Caobos, y los policías nos “escoltaron” hasta el lugar, lo cual llego a tener incluso una situación de agresión, pues una de las manifestantes estuvo a punto de lastimarse porque un policía le “lanzó” la moto, pues como buenos autoritarios que son, tienen que demostrar que son más que cualquiera porque tienen armas, como diría mi viejo, cobardes que golpean presos amarrados. Los policías antes de llegar hicieron un piquete en la entrada de la autopista (por el jardín botánico) lo que me hizo recordar como durante las recientes manifestaciones estudiantiles trancaban las autopistas para encerrar a los manifestantes.

Mi reflexión

Es lamentable que nuestro país tenga esa cultura agresiva e intolerante, los valores del autoritarismo y el egoísmo están arraigados en una ortodoxia que curiosamente no juzga operaciones de senos o nalgas en las mujeres, música que insulta a las mujeres degradándolas a objetos sexuales, o la resolución de los conflictos por la ley del mas bravo, el “pram” de la zona, el caudillo en el poder, el que controla a punta de pistola, el tomar alcohol es una virtud (sobretodo si es en exceso) pues si no lo haces eres un “maricón”. Es triste ver los comentarios religiosos y reaccionarios en las páginas web, cosas tipo “depravados”, “deberían ir presos”, y afines son un reflejo de lo reaccionaria y retrogada que puede llegar a ser nuestra cultura. Una sociedad que no resuelve sus conflictos en pro del colectivo, sino en pro de una imposición de un individuo sobre otro, pues ceder o dialogar es señal de debilidad. Ver estas actitudes solo me provocan emigrar de esta tierra, pues la cultura venezolana llega a ser repugnante (que me perdonen los nacionalistas), se que tenemos cosas buenas, expresiones de solidaridad y no todos es como aquí lo describo, pero siento que dicha ortodoxia cada vez se expande más, sobre todo si es una sociedad piramidal donde el poder se caracteriza por ser reaccionario y conservador, me hace pensar que “no hay futuro”, que aquí todo ha de resolverse con la violencia y la muerte. Ante ello hago un llamado a quienes queremos un cambio que luchen, que no se rindan y traten de a poquito de cambiar y romper tantos tabúes, pues si nosotros no vemos los resultados, espero que nuestros hijos no tengan que vivir en una sociedad tan inquisidora y racista, no se si es posible, pero vale la pena intentarlo.

La sociedad del automóvil se ha apoderado prácticamente de todo occidente, la sociedad de las grandes distancias sigue destruyendo el planeta, y la rapidez que prometían calles y autopista no hace mas que aumentar el consumo de combustibles fósiles, congestionando las ciudades, contaminándolas, y acentuando comportamientos agresivos entre los mismos conductores ante el desespero de salir de una tranca vial, o la actitud egoísta de tener un carro pesado y “llevarse por el medio” a quien se atraviese. La bicicleta surge entonces como el invento del pasado que nos invita a replantear el transporte del futuro, pues el modelo desenfrenado de producción de carros, quema de combustibles fósiles, es insostenible, además de tener detrás la destrucción ambiental, implementar modelos de desarrollo importado, acentuar las relaciones de centro-periferia, y el desplazamiento y desaparición de las comunidades que viven en los lugares donde existen dicho tipo de combustibles fósiles, con gobiernos apoyados en trasnacionales. Por ejemplo, en Venezuela y Latinoamérica han optado por el extractivismo de estos recursos, pese a que sus gobiernos hagan campañas progresistas contra Chevron (Ecuador) o contra Exxon (Venezuela), solo una cortina de humo para “omitir” la devastación planetaria que están realizando. Vasta investigar la presencia de trasnacionales en estas regiones para ver el sentido supuestamente ecologistas de estos gobiernos.

Mas amor y menos motor. Más poesía y menos policía. Mas cuerpos desnudos en la calle y menos en las morgues.

PD: Videoreportaje de Últimas Noticias: http://www.youtube.com/watch?v=XgCl7g1JpFg

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